Blog destinado a acumular teorizaciones varias, borradores, apuntes y demas desperdicios de la mente humana de Lucas Nine

martes, 29 de enero de 2013

A modo de conclusión


Finalmente llegamos a la ansiada resolución del enigma: ¿Desde qué gélido universo llegaron nuestros nuevos amigos? ¿En qué momento una civilización carente de músculos faciales decidió reconstruir nuestro planeta a su semejanza? En la imagen superior se sugiere una respuesta posible, aunque se trate sólo una aproximación parcial al problema. 

 Es cierto que una buena parte de los personajes de historieta clásicos han cargado sobre sus hombros la llamada "cara de lata", pero por lo general en función de algún elemento compensatorio que sirviera de contrapunto. Sherlock Time tiene al Jubilado Luna, Tintín a Haddock, Dick Tracy a su galería de deformes, etc. Sin embargo, estos personajes de historieta cometían un error elemental: se hablaban los unos a los otros. Para complicar más las cosas, solían mirarse a los ojos al hacerlo.

 Este problema queda resuelto en los afiches cinematográficos que podemos ver aqui, en donde se evita escrupulosamente semejante desatino: se sabe que las miradas a los ojos promueven complicaciones tales como la comunicación humana o la toma de decisiones colectivas.
No es casualidad que estas cuidadosas composiciones (que de alguna manera recuerdan a arreglos florales) hayan causado furor entre los diseñadores de la gráfica rock en la década del 80. Tiemblo al imaginar los efectos que podrían provocar en un grupo de jóvenes historietistas desprevenidos.

 Sin embargo, es sabido que Jarmusch posee la inteligencia de una tortuga de jardín ordinaria. ¿La explicación? He aquí algunas imágenes de diversas películas de Michelangelo Antonioni, 20 años anteriores a la obra de nuestro muñeco.

 La incomunicación, ah, el problema de las élites europeas. Y las norteamericanas. Y las argentinas. Bah, de las élites en general.

Sería perezoso de mi parte insinuar que podemos detenernos en Antonioni y considerarlo iniciador de una tradición. Si el lenguaje del cine pudo pasar a un medio visual y gráfico como el de la historieta, es probable que lo contrario también haya podido ocurrir.

Y ocurrió, en efecto. Es así como llegamos al final de nuestro recorrido: las bellas imágenes del románico, desperdigadas generosamente por las iglesias de Italia (a las que seguramente Antonioni se ha retirado a meditar en varias oportunidades en busca de inspiración para sus creaciones).

 Parece curioso que estas imágenes correspondan con bastante exactitud al clima espiritual (filosófico, político) de nuestro tiempo. Pero, por otro lado, es natural que estos ciclos se repitan con cierta regularidad: al igual que en aquellos días, nuestros ojos impenitentes e inquisitivos sufren el castigo de los "Clowes" ("Clavos"?) similar al que vemos en el grabado adjunto. "Burns" ("Quemar! Quemar!") y "Ware" (seguramente una deformación de "Guerra!"), completan el panorama. Nuevamente, Roma ha caído. Estamos en manos de los bárbaros.


Sin embargo, tal como lo hicieran los primitivos cristianos, podemos mantener encendida una mínima esperanza. Quizás, en este mismo momento, un grupo de iniciados se recluya en el húmedo escondite de alguna catacumba para trazar en sus muros, con el carbón de los oprimidos, los signos de un nuevo código hermético: el código que condensa, reducida a unos pocos gestos, la herencia del futuro humanismo.


sábado, 19 de enero de 2013

Están entre nosotros

¿En qué momento empezó todo? ¿Cuando fue que estas criaturas desarrollaron la capacidad genética para autoreplicarse? ¿Cuando fue que se convirtieron en una especie de superstición gráfica?   
Pero, por sobre todas las cosas: ¿cuál fue chipazo de vida que les brindó una conciencia propia y les hizo decidir que la Tierra era un lugar adecuado para prosperar y multiplicarse?












No deje de sintonizar otra apasionante audición para enterarse der los orígenes de la plaga que decidió exterminar toda huella de expresividad facial en la Tierra. "Lucas Nine contra los Devoradores de Rostros". Proximamente!

lunes, 14 de enero de 2013

Síntesis evolutiva

Primero fueron los ojos en blanco de Scott Mccloud los que nos explicaron los secretos del comic. Luego, Juanjo Saéz se despojó de todo el rostro para hablarnos del Arte en general. Hoy me complazco en presentar el último eslabón de la cadena evolutiva: mi personaje "..." quien procederá en la última viñeta a develar los misterios del UNIVERSO.

jueves, 8 de noviembre de 2012

A modo de comienzo

He aqui el mínimo esquema que armé en días pasados y que, oponiendo arteramente dos escuelas en cuanto al manejo expresivo de la gestualidad en la historieta, desató el pequeño debate al que aludía antes.

 Arriba: Clowes, Burns, Hernández.
Debajo: Battaglia

Se centra en las caras solamente, pero no olvidemos que las caras son la punta del icberg (la metáfora resulta especialmente feliz aplicada a los dibujos de la hilera superior).
Igual, hay que aclarar que se trata de una comparación amañada, pensada solamente para caldear los ánimos e iniciar una discusión a los sillazos. Ampliaremos.

Pequeña disección de Popeye

Este simpático análisis, escrito medio al voleo, tiene como objeto expandir una serie de comentarios acerca de los mecanismos expresivos de la historieta. La discusión comenzó en una de las llamadas redes sociales, pero la misma tosquedad de ese medio hace difícil poder continuarla allí.
Quizás en el futuro pueda subir ese primer ensayo en este blog. Mientras tanto, pueden verse las dos primeras entradas aquí y aqui, facebook mediante.

En este caso, se trata de analizar un poco algunos mecanismos expresivos de la historieta "Popeye". Algunos comentaristas sostienen con seriedad que la expresividad del dibujo no juega papel alguno en la tira, vale decir, que los personajes tienen la misma "apatía indie" que podemos encontrar en una película de Jarmusch y que las virtudes eventuales de la obra pasarían por otro lado.
Dejando de lado la cuestión de que Popeye, al igual que muchas otras historietas de la época, está pensada para ser contada en planos generales (lo que implica síntesis en rasgos faciales), me propongo demoler estos argumentos merced a las espinacas del método analítico.



Dando por descontado el inmenso talento de Segar, la mecánica de Popeye puede resumirse en una fórmula aplicada por montones de series, historietas (no sólo cómicas), cortos de animación y demás yerbas: la oposición del par expresivo-inexpresivo entre los personajes que intervienen en la obra.
La interacción entre estos personajes es lo que constituye el eje de las historias: la manera de relacionarse entre si, los manierismos de cada uno, la dudosa capacidad que poseen para entenderse entre ellos. La manifestación visible de eso es su aspecto externo: figura y gesticulación. Su actuación, en resumen.

Simplificando un poco el asunto podemos dividir a los personajes de Popeye en "expresivos" y "cara de lata". Los "cara de lata" son graciosos cuando un "expresivo" está ahí para denunciarlo, para reaccionar, para interactuar con su "caradelatismo".

Miss Olive Oyl es atacada sin piedad frente a la ¿mirada? de un impasible Wimpy

Olivia, la más expresiva de entre todas las mujeres de la historieta, resulta una pareja ideal para el marinero que posee una lata llena de verduras oculta a la altura del corazón.


Popeye o Wimpy dificilmente puedan mover un músculo del rostro. No poseen semejantes sofisticaciones ni las necesitan: ahí está Olivia para justificar a la raza humana en su paso por la Tierra.


Olivia no es por supuesto el único personaje de la serie que milita en las filas de los expresivos:


Eso ha sido todo por hoy, amigos, gracias por su paciencia! Y ya saben; a hacer muecas frente al espejo, por favor.